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Un encuentro virtual que ha contado como invitados con Maite Antón, presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de la Provincia de Alicante (AEFA) y gerente del Grupo Antón Comunicación; y con Txomin Iturralde, catedrático de economía financiera y contabilidad en la Universidad del País Vasco, director de la cátedra de empresa familiar y codirector del grupo de investigación de gobernanza, emprendimiento y sostenibilidad en la empresa familiar.
Francisco Páez, presidente del Foro Levante y vocal de la Junta Directiva AIME, ha dado la bienvenida, presentando a Maite Antón y destacando que AEFA agrupa a más de 180 empresas familiares de la provincia de Alicante, “siendo un referente en el impulso de la empresa familiar en España”.
Por su parte, Alicia Gómez, presidenta del Foro Norte y vocal de la Junta Directiva AIME, ha presentado a Txomin Iturralde, que ha aportado su visión más académica e investigadora al tema tratado.
En este sentido, el coloquio ha comenzado con una contextualización sobre la situación de la empresa familiar. Maite Antón ha narrado el origen del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que surgió en 1992 cuando empresarios de toda España se reunieron con la motivación principal de debatir sobre los problemas que afrontaban las empresas familiares, principalmente en relación a la situación fiscal ya que los impuestos de sucesiones y donaciones hacían inviable la continuación de las empresas. No obstante, “también se acordó la importancia de formar e informar sobre lo que significa la empresa familiar y la necesidad de darle continuidad”, en palabras de Maite.
Así se forma el IEF, que lo constituyen las 100 empresas más importantes de España. Un poco más tarde, comienzan a constituirse las primeras asociaciones territoriales de la empresa familiar por todo el territorio español, como una manera de ganar fuerza en la tarea de representar a un mayor tejido empresarial de España. De esta manera, en 1995 se constituye la primera asociación territorial del IEF y la única provincial: AEFA.
En este marco, en el año 2015 se realizó un macroestudio para conocer la importancia y el peso de la empresa familiar en España, ya que hasta entonces los datos se basaban en proyecciones de otros países. Gracias a este estudio se desveló que el 89% de las empresas en España son familiares, que el empleo privado generado por las empresas familiares representa el 67% en España y que las empresas familiares suponen el 57% del valor añadido bruto en nuestro país.
Además, Maite Antón ha aportado que “la longevidad de las empresas familiares es mayor que el de las no familiares y hay un mayor porcentaje de mujeres en el gobierno corporativo que en las empresas no familiares. Pero hay un aspecto más importante que el cuantitativo y es el arraigo de las empresas familiares con su territorio, que siempre ayudan a nivel social, deportivo, cultural y, algo muy importante, que durante las crisis ese carácter humano de las empresas familiares hace que se mantenga mucho más el empleo. Aunque a veces esto supone una menor productividad”.
A continuación, Maite ha lanzado una reflexión sobre uno de los problemas de las empresas familiares y es el pequeño tamaño de las mismas, lo que las hace más vulnerables a la incertidumbre que se vive en estos momentos, aunque no dejan de perder la vista a largo plazo y también se unen a los retos de digitalización, inteligencia artificial o la internacionalización.
Por su parte, Txomin Iturralde, que participó en la elaboración del estudio de la empresa familiar en España del año 2015, ha nombrado que el País Vasco fue el último territorio donde se formó la asociación de la empresa familiar a través del IEF. “Aunque anteriormente se venían realizando actividades dedicadas a la empresa familiar, también hay que destacar la importancia del cooperativismo en algunas zonas del País Vasco y esto no se contabiliza como empresa familiar”, en palabras de Txomin.
Iturralde ha destacado que, dentro de las investigaciones que realizan “destaca la participación de los familiares en el equipo directivo y gobierno corporativo, algo que marca el carácter de la empresa familiar, pero que también hace que sea interesante acudir a la figura del interim manager en ciertos momentos como en la búsqueda de la internacionalización o en la sucesión de la empresa familiar”.
Al hilo de esta conversación, Maite Antón ha comentado que “dentro de la empresa familiar se conoce muy poco la figura del interim manager, por el tamaño de la empresa y porque no es una figura que tenga visibilidad en la formación académica, ni en grados ni en escuelas de negocio”. En este punto, todos han acordado que la Asociación de Interim Management (AIME) tiene un papel importante en su difusión y puesta en valor.
Qué puede aportar un interim manager en empresas pequeñas
Sobre el tamaño de las empresas que contratan profesionales interim managers, los representantes de AIME presentes en la jornada han aportado que éste varía ya que puede haber desde pequeñas a medianas empresas.
“La falta de preparación y el reducido número de recursos en la empresa familiar da oportunidades para que los interim realicen misiones concretas y den un impulso”, en palabras de Francisco Páez (AIME), quien ha seguido diciendo que “cuando la empresa da el paso de contratar a un interim, hay un cambio y una madurez en la cultura de la empresa al abrirse a que venga un externo más objetivo que ayuda en la misión encargada y se va, algo que también da tranquilidad al empresario”.
Alicia Gómez (AIME) también ha aportado que “en muchas ocasiones, la necesidad de un interim manager se refleja mejor en una empresa pequeña que en una grande, porque la pequeña tiene menos personal, está dedicada al día a día y no está tan profesionalizada”. Además, ha añadido que “no suele haber pudor en decir que se trabaja con interim managers y, normalmente, el boca a boca es lo que te da oportunidades futuras de trabajo en otras empresas”.
En el ámbito empresarial, Txomin Iturralde ha comentado que la diferencia entre las empresas de nueva creación y las empresas familiares es que éstas últimas tienen un recorrido y una visión a largo plazo, incluso de dejar el legado a las siguientes generaciones. Esto las diferencia de muchas empresas, por ejemplo startups o empresas tecnológicas, que no tienen ese concepto o solo buscan que las compre otra gran empresa.
En cuanto a las limitaciones o barreras que tienen las empresas familiares a la hora de contratar a un interim, Txomin ha valorado la visión de que un externo se incorpore a la empresa y pueda tomar decisiones que no coincidan con las aspiraciones de la familia gestora. No obstante, ha señalado que “ayuda saber que es un profesional que va a estar poco tiempo en la empresa, algo diferente a contratar a otro profesional que no sea interim”.
A esta cuestión de las barreras del interim, Maite Antón ha añadido el desconocimiento de la figura del interim, la gestión diaria de la empresa familiar, que también hace que sea difícil ver más allá; y ha nombrado como principal barrera la mentalidad, aceptar que entre una persona de fuera y también asumir el coste que pueda suponer para la empresa. “Es un freno el saber que es una mayor inversión, aunque durante un tiempo más pequeño. También puede influir cómo constatar la profesionalidad del interim, porque dentro de la empresa familiar se pueden dar muchas situaciones particulares. Y otro freno puede ser el hecho de tener que explicar a ese profesional todo para que luego se vaya”, en palabras de Antón.
En estos términos, Maite ha aportado que “antes las personas se ligaban a un proyecto y querían continuidad, ahora esa mentalidad está cambiando y los profesionales quieren proyectos dinámicos. Pero quizá estos momentos de cambio sean los más proclives para introducir una figura como la del interim”.
Según Maite Antón, el relevo generacional es el momento más débil dentro de una empresa familiar, “desde AEFA lo que queremos es ayudar a que continúe la empresa, incluso aunque no continúe la misma gestión. Ahí el interim manager puede aportar valor en este papel de transición, ayudando a elegir a la persona oportuna para seguir con la empresa, por su objetividad e independencia emocional”.
En esta línea, Francisco Páez ( AIME) ha afirmado que la experiencia del interim hace que la adaptación a la empresa sea mucho más rápida y que sepa aportar soluciones positivas en el modelo y la forma de trabajar de las empresas.
La jornada ha terminado con un coloquio abierto a los participantes, que se han conectado desde diferentes puntos de España, y que han aportado sus experiencias y reflexiones sobre los temas tratados durante la jornada, destacando la implicación de los interim en sus misiones dentro de las empresas.