La confianza, la implicación y la visión global del interim, claves de la transformación empresarial según Diego Franco (Avannza)

Bajo el título ‘De directivo a interim y más allá’, la Asociación de Interim Management España ha celebrado su desayuno de trabajo mensual que, en esta ocasión, se ha centrado en la transformación empresarial a través de la gestión del interim.

Para ello, se ha contado con el testimonio de Diego Franco Calvo, CEO y fundador de Avannza. Una empresa extremeña que nació hace tres años como consultora y que, hoy en día, no sólo ha ampliado su plantilla y servicios de interim, sino que ha logrado desarrollar una visión estratégica y una metodología de gestión muy definidas.

El encuentro ha sido guiado por Manuel Herrero, presidente del Foro Sur Andalucía AIME, quien ha presentado al invitado destacando las diferentes etapas de su trayectoria profesional. En este sentido, tras 25 años como directivo en una empresa familiar, Diego Franco da el salto a trabajar en la empresa privada y, desde hace tres años, desarrolla su proyecto personal como consultor estratégico en Avannza.

“En ese momento, no sabía cómo definirme: consultor estratégico o asesor de dirección y no me encontraba cómodo con ninguna definición. En mi caso, el interim management no lo busqué, me encontró, porque hasta hace unos pocos meses no sabía que lo que estaba haciendo podía ser definido como interim. Desde AIME, alguien me explicó que, si ya tenía poder de decisión y responsabilidad en la empresa, era un interim. Por tanto, es un proceso en el que me he ido encontrando”, según ha relatado Diego Franco.

Franco ha añadido que actualmente “hay una necesidad enorme de que haya un interim experto para cubrir ciertas áreas de gestión que la empresa no piensa cubrir con personal interno”. Pero también alerta de la importancia de ganarse la confianza del cliente: “El hecho de venir de una empresa familiar me ha permitido desarrollar una empatía empresarial a la hora de trabajar como interim en empresas familiares. Cuando te sientas con el empresario, hay un punto de unión y conexión fuerte porque hablamos el mismo idioma en muchas cosas”.

En su experiencia, Diego Franco asegura que, en el caso de Extremadura, el nicho de mercado son empresas de entre 15 y 50 trabajadores con unos 15 a 20 años de antigüedad. Son empresas que no suelen tener problemas financieros, pero que se han quedado cojas en ciertas áreas para que el crecimiento sea ordenado.

En cuanto a la forma de trabajar, Franco Calvo intenta “generar metodología en todo lo que se va desarrollando e ir asentando los aprendizajes”.

De esta manera, a la hora de iniciar un proyecto, a través de una metodología estandarizada, se realiza un diagnóstico estratégico de la empresa en el que se tienen en cuenta todas las áreas que conforman el sistema empresarial. “Se identifican los nudos estratégicos que, si se resuelven a través de un plan director, que es un plan de acción, permiten que la organización pueda dar un salto”, explica Diego Franco.

Franco Calvo ha continuado diciendo que para lograr que una empresa se transforme, hay que trabajar en ella teniéndola en cuenta como un sistema global, interviniendo en las áreas que lo necesitan, pero también de manera transversal. Para ello, y para poder conseguir que se implanten los cambios necesarios, “hay que involucrar en el proyecto a las personas que se resisten a este cambio”.

“En este proceso de la implementación, que son los proyectos o misiones de los interim, es donde sin darte cuenta te conviertes en interim. empiezas siendo un consultor y te conviertes en un interim”, ha añadido Diego.

A continuación, Manuel Herrero ha intervenido para explicar la diferencia entre un consultor, que es la persona que identifica y elabora el plan estratégico, y un interim, manager, que también lo desarrolla y supervisa.

El encuentro online ha continuado analizando el rol futuro del interim que, en palabras de Diego Franco: “sobre todo en aquellas empresas en las que la intervención está muy ligada a la familia empresaria, el siguiente paso es hablarles sobre el consejo de administración, pasando de interim a consejero, de manera que las visitas son más espaciadas en el tiempo con un orden del día estricto. Esto se puede hacer cuando ya existe una confianza”.

Una confianza que, según Diego, se gana implicándose en la empresa: “Aportar valor es un constante como interim, no hay que acomodarse. Como interim, ir tomando distancia no es sencillo porque se llega a ser parte de la organización”. No obstante, “la confianza y la implicación del interim con la empresa es fundamental para ir ganando espacio”.

Con esta reflexión sobre el importante trabajo del interim en las empresas ha concluido el encuentro digital que ha contado con la participación de decenas de asociados a AIME.

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